sábado, 5 de abril de 2008

El spray es revolucionario



En estas fotos, el graffiti recupera su carácter originario de inquietante pedrada en el ojo de la moral establecida. En el borde urbano, donde la ciudad cambia de nombre, la cultura hip-hop deja constancia de sus símbolos. La desasosegante jeringuilla o la actividad del autollamado Dr. Pene, que ha sembrado la Plana de descomunales falos, a modo de un tótem. Esta incursión del marginal grafiti en terrenos deteriorados por la cultura de la especulación urbanística, son un buen testimonio de una sociedad y una forma de vida en crisis.